Más cosas que he encontrado y que hice hace tiempo.




El suave viento acaricia mi rostro lentamente. Todos duermen. Pequeñas voces son las que percibo esta noche tímidamente. Es un paisaje muy distinto al que suelo estar acostumbrada a observar. Las farolas iluminan las calles pintándolas de un tono anaranjado. El sonido de un viejo coche interrumpe este pacífico silencio. ¡Qué placer sentirme parte de este habitual y a la vez especial entorno!


Nunca hubiera imaginado que la soledad fuera necesaria en algunos momentos de la vida. Las ideas que rondaban revoltosamente por mi cabeza comienzan a ordenarse.
A los lejos las montañas parecen querer acercarse a mí. Sus verdes praderas están cubiertas por el manto oscuro de la noche. ¿Y la luna? ¿Dónde estás mi preciada luna? Oh, me entristezco al descubir que unas inoportunas nubes me impiden disfrutar de tu magia.

Inspiro profundamente y con gran pena me despido de esta compañía tan especial. Nunca olvidaré esta noche en la que he descubierto que el silencio puede ser un gran aliado.

Buenas noches...